HINCHADAS EN GUERRA. WILSTER-SAN JOSÉ COMPROMISO DE ALTO RIESGO
Lo que no se informó, y lo que preocupa, es sobre algún plan de prevención por parte de la Policía y menos se sabe sobre alguna solicitud por parte del equipo local que ya tendría conocimiento de estas acciones. Se espera que para este sábado se logre establecer una acción emergente que impida que esa guerra anunciada estallé.
Sin duda este fin de semana el partido que más interés despierta es el de Wilstermann y San José, y no solo porque sean rivales tradicionales sino por las connotaciones que tiene este cotejo en particular.
Los medios televisivos, radiales y escritos (especialmente de Cochabamba y Oruro) fueron tibios con respecto al ambiente que se ha generado en relación a la previa y sólo se han limitado a informar sobre la preparación de cada equipo, su pretensión común de llevarse las tres unidades y la conquista del primer puesto, si alguno sale vencedor de lo que se resuelva en los 90 minutos.
Los medios masivos se rigen al marco estrictamente informativo y deportivo, dejando en un segundo plano el accionar de los simpatizantes de cada una de estas instituciones, y sólo vaticinan en señalar que se “prepara una gran fiesta deportiva” cuando en realidad se anuncia una guerra, no sólo en el campo, sino en las mismas tribunas, y en los alrededores del estadio Félix Capriles.
REDES SOCIALES
La confrontación comenzó a darse a través de las redes sociales, como Facebook y Twitter, donde se reflejó una rivalidad que en algunos casos paso raya en el plano del insulto y amenazas entre los miembros de las principales barras de aviadores y santos identificados como Los Gurkas y La Temible respectivamente.
La provocaciones comenzaron a darse desde inicios de la semana tras el triunfo de San José ante Universitario de Pando,, lo que le permitió al santo asumir el liderato del torneo, el mismo que lo ostenta pese a descansar en la septima fecha debido a la postergación de su compromiso ante Universitario de Sucre que participó de la Copa Sudamericana
Los primeros dardos a través de memes y mensajes por parte de los simpatizantes orureños fueron contra Julio César Baldivieso, a quien no le perdonan el hecho de llevarse a jugadores de San José a Wilstermann, los mismos que eran parte del esquema principal del equipo que dirigió el estratega Cochabambino.
Para los hinchas Santos, Baldivieso manipuló la salida de las figuras principales de San José, incluso antes de que finalizará el anterior campeonato, hecho que se reflejó en derrotas que al final le impidieron al crédito orureño coronarse como campeón, a eso se añade una inexplicable derrota a domicilio en ese torneo frente al mismo rival del domingo, cuando en los papeles tenía un equipo inferior. Obviamente el ahora técnico aviador negó esas acusaciones y en su momento culpó a la barra orureña de presionar negativamente al equipo lo que provocó su devacle..
Este año San José tuvo que rearmarse y cuenta con un esquema renovado que está en pleno proceso de consolidarse. Los inchas orureños arremetieron en la redes con el anuncio de una Invasión a lo que consideran como su segundo reducto, el Félix Capriles.
Tras la victoria de Wilstermann frente a Universitario de Pando el miércoles, que lo dejo a una unidad de los punteros, los hinchas aviadores respondieron a las provocaciones y anuncios de los hinchas santos. Y amenazaron con impedir que estos ingresen el domingo, recordando que en un partido anterior en Oruro, muchos quedaron fuera por no poder comprar entradas.
En aquella oportunidad un grupo de simpatizantes de Wilstermann, fueron acusados de cometer actos vandálicos en Oruro destrozando vehículos y el ornato público, eso provocó la detención de una treintena de hinchas. La posición de los rojos, al respecto, también es de venganza y llamaron a todos los simpatizantes del equipo aviador de "hacer respetar su reducto y hacer prevalecer su condición de local"
A partir del jueves los insultos cobraron un mayor calibre entre ambos, incluso mucho rayan en un plano discriminador y racista. Por un lado los orureños califican de “cleferos” a los aviadores y estos les responden con términos como “llamas” entre otros calificativos que son de "grueso calibre". En algunos casos pasaron al plano personal con desafíos entre unos y otros de encontrarse el domingo en los alrededores del estadio al fiel estilo de las pandillas
El punto más intenso de esta guerra previa se da a partir de una carta enviada por la barra aviadora a los dirigentes, a quienes exigen subir el precio de las localidades a los hinchas orureños poniendo a la par del valor de las entradas a preferencia, dicha misiva no tuvo respuesta y el monto a la tribuna de general,donde generalmente se congregan los orureños (Bs 35), es inferior al de preferencia (Bs 60)
Ante esta negativa, las barra de los Gurkas convocó a sus simpatizantes a reunirse la plaza Colón tres horas antes del partido, que comenzará a las 17.00, y marchar al escenario, “con el objetivo de defender al Capriles”, en una clara acción que deriva en impedir que los hinchas visitantes compren sus localidades.
Por su parte La Temible que anuncia la llegada de sus filiales de La Paz, Oruro y Santa Cruz, además de los residentes orureños en Cochabamba, anunció sentar vigila desde la mañana en los alrededores de estadio. La dirigencia aviadora anunció que la venta de localidades comenzará a las 9.00.
Lo que no se informó, y lo que preocupa, es sobre algún plan de prevención por parte de la policía y menos se sabe sobre alguna solicitud por parte del equipo local que ya tendría conocimiento de estas acciones. Se espera que para este sábado se logre establecer una acción emergente que impida que esa guerra anunciada estalle en un clásico que no sólo se jugará en la cancha sino en las mismas tribunas y no precisamente con un “ambiente de fiesta”, donde al parecer el resultado del encuentro estará en un segundo plano.
Dicho accionar tendrá que garantizar por un lado la presencia de las dos barras al escenario deportivo y tal como se hizo en una anterior oportunidad impedir que las mismas se enfrenten y choquen tanto antes como después del compromiso, además del control de cualquier tipo de armas, explosivos u objetos contundentes.