EL CLÁSICO NO FUE LO QUE SE ESPERABA

21.11.2014 09:42


Boca Juniors y River Plate igualaron anoche 0-0 en el partido de ida por las semifinales de la Copa Sudamericana, disputado en el estadio La Bombonera, en Buenos Aires, ante unos 50.000 espectadores. El desquite se jugará el próximo jueves en el estadio Monumental, y el ganador se enfrentará en la final con el vencedor de la llave entre el colombiano Atlético Nacional y el brasileño Sao Paulo, con ventaja parcial para el equipo de Medellín, que se impuso 1-0 en el duelo de ida.

El encuentro fue muy trabado en la primera parte, con un desarrollo de mayor a menor, pues el juego fue intenso y con mucho ritmo en los primeros minutos, con un lapso en el que Boca Juniors dominó, a partir de ejercer una presión en todos los sectores, aunque a la vez le costó generar situaciones favorables.

River resistió en ese comienzo, en el que solamente podía salir con pelotazos desde el fondo para el colombiano Teófilo Gutiérrez y para Giovanni Simeone, sin embargo con poca participación para ambos, bien cubiertos por los centrales auriazules, y tampoco conseguía salida por los laterales, ya que el local le cerró los caminos en ambos andariveles.

Boca se quedó pronto sin una de sus cartas, el Burrito Juan Manuel Martínez, que se retiró lesionado en un tobillo luego de una durísima infracción de Leonel Vangioni, que solamente recibió una amonestación del árbitro Silvio Trucco.

El encuentro abundó en choques, infracciones y algunas brusquedades que Trucco no sancionó con la debida severidad, y dentro de ese contexto, fue River el que empezó a cargarse de amonestaciones. Dentro de ese panorama, las únicas aproximaciones a las vallas quedaron a cargo de Boca, que tuvo sus ocasiones en un remate de larga distancia de Fernando Gago que Marcelo Barovero resolvió sin apremios, y casi en el final, un zurdazo de Andrés Chávez desde ángulo cerrado que quedó en las manos del arquero de River.

En la segunda parte se acentuó ligeramente el dominio territorial de Boca, mientras que su rival se volcó decididamente por el contraataque, y por allí tuvo su mejor oportunidad con un taco de Teo que salió muy cerca del poste izquierdo, tras un centro de Carlos Sánchez.

El local se mostró impreciso y falto de ideas para vulnerar la sólida estructura defensiva de River, y solo generó un poco de inquietud en algunos envíos aéreos, como un cabezazo de Daniel Díaz que llegó sin problemas a las manos de Barovero, y ya en tiempo de descuento, un frentazo de Gago que tapó el arquero, en lo que fue la situación más propicia de toda la noche.

En un partido deslucido y chato, el superclásico se apagó sin emociones y sin goles, y mudó las esperanzas de unos y otros al desquite, con un pasaje a la final de la Copa que se resolverá en 90 minutos o, de persistir el cero, por la vía de los penales.

Los datos

Aburrido

El encuentro  no fue lo que se esperaba y aburrió a los hinchas que  estuvieron en  el estadio.

Revancha

El cotejo de vuelta se jugará el próximo jueves en el Monumental de River Plate./La Razón